domingo, 15 de julio de 2018

Caminando por Navajas realiza una marcha a la Masía de la Mosquera, alrededores y demostración “saca del corcho” (Almedíjar)


El sábado, a las 08:00 horas de la mañana, con temperatura agradable y cielo despejado, el Grupo “Caminando por Navajas” se concentró en el monumento del Salto de la Novia para desplazarse con coches hasta uno de los lugares más bonitos de la Sierra de Espadán y el más importante bosque de alcornoques de la Comunidad Valenciana, la Mosquera.



Al llegar a Almedíjar continuaron por la carretera de Ahín, tomando a unos kilómetros la pista forestal de la Mosquera, se adentraron por ella para dejar los coches y comenzar la caminata. A la derecha, pudieron contemplar un barranco cubierto de densa vegetación donde el protagonista es el alcornoque y que recibe el nombre de la Falaguera, al igual que la fuente que en él se encuentra. Allí les esperaba también el alcornoque donde pudieron conocer de forma presencial como se realiza la “saca del corcho” gracias a Vicente Navarrete, guía del grupo en la jornada sabatina.


A pocos metros alcanzaron la Masía de la Mosquera donde pudieron contemplar un edificio que tras su abandono va siendo despojado de sus elementos y poco a poco va pasando a ser un edificio en ruinas. Así, en el entorno también observaron unos bancales y restos de antiguos cultivos como son los almendros.

Siguieron la pista forestal en sentido ascendente, hasta llegar a un punto donde comienza una senda a la derecha. Esta senda sombreada por alcornoques, presenta un desnivel moderado fuerte, hasta que se llega a otra senda que tomaron hacia la izquierda y allí conocieron también la importancia que tuvieron las carboneras que se instalaron en distintos puntos del paraje.


Esta otra senda, les sirvió de respiro, ya que más o menos sigue la curva de nivel, y va bordeando la cabecera del barranco de La Falaguera, pasando por un collado. Justo en este collado se encontraron con preciosas vistas a izquierda y derecha.

Siguieron por la senda hasta llegar a una cumbre de la Peña Blanca de 970 metros de altitud. Desde esta cumbre pudieron contemplar bellos paisajes en cualquiera de las direcciones donde dirigían la mirada.

Desde la cumbre volvieron unos metros hacia atrás para retomar la senda por la que iban circulando, y descendieron por la loma de la montaña hasta encontrar el desvío hacia la izquierda que les introdujo en el bosque.


La senda desciende en zig-zag por un denso alcornocal, en el cual abundan diversos ejemplares centenarios de considerables dimensiones, tanto en grosor como en altura. Los árboles son de una belleza increíble. En sus troncos, vieron las marcas que han ido dejado rastro con el paso de los años en las sucesivas sacas de corcho.

 

Al final de la senda se encontraron con campos abancalados abandonados. Descendieron hasta encontrarse de nuevo con la masía de la Mosquera, llegando de nuevo al punto de inicio donde habían dejado los coches y es cuando se dispusieron a reponer fuerzas con sus típicos almuerzos de bocatas, frutos secos, frutas variadas y pastas dulces.

Fuente y Fotos: Luis Rosalén